20/2/10


Estados Unidos, el nombre así lo dice, se unen los estados en pos de fortalecer la embestida política y militar interna y externa a mano de propaganda, lavaje cerebral (sin enjuagar, cosa que la espumita quede), mano dura, mano derecha, ningún doble carril, uniforme y deforme - pero se ve que así les ha de funcionar.

Lógicamente, algunos problemitas pueden surgir entre los habitantes de las mil Springfield en tan bendito país; alguna que otra torre que se cae, algún que otro mexicanote enterrado a balazos detrás del agreste límite entre el todo y la nada – no todos pueden hacerse la América, (solamente Scarfó, a mi modo de verlo), más y más latinos y negros y orientales buscando pertenecer al lugar que globalmente los invita a ser lacra social pero de frac. Ojo con eso, e.

Pero, muy a pesar, la otra cara existe, y puede uno echarle ojo y oreja al viejo Bukowski, Burroughs, Kerouac, Ginsberg, Miller, Mailer, Dos Pasos (pocos como él retratan al país del norte en aquella década del 30 quebrada y remendada), Capote; Hendrix, The Doors, Joplin, el querido Miles (Davis), Parker, Coltrane, B.B.King y toda la familia que corona al mejor blues universal; Warhol, Pollock, Basquiat, Lichtenstein y cientos de cientos de artistas que hicieron de ese extremo país, algo más interesante que la cultura social misma genera y degenera.

Es decir, nada más para decir. Ni bien, ni mal, tal vez las dos cosas. Como todo, como todos; y quien esté libre de culpa y cargo, que lance la primera piedra.

Leopoldo Siri

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